Alberto Colomer y Fermín Piñera, desde las redes sociales y el Club de Autos Clásicos de la Habana, quieren conocer sobre Studebaker Super Lark, al que confunden con el Tucker.
Historia
Studebaker era, al desaparecer en 1966, la marca de automóviles más antigua en existencia y la única que transitó con éxito de fabricar carruajes a automóviles. En 1852, Henry y Clem Studebaker, la fundaron como un negocio para producir carros y coches de caballos, en un pequeño taller de South Bend, Indiana.
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Contratos logrados para suministrar carros durante la Guerra Civil la consolidaron, llegando a una producción de 75 000 unidades anuales. El propio presidente Abraham Lincoln se trasladó en un carruaje Studebaker al teatro Ford, la fatídica noche de su atentado.
Evolucionar a los automóviles fue algo lógico, pues muchos nuevos fabricantes le contrataban los chasis para sus modelos. El primer Studebaker data de 1902, movido por un motor eléctrico Westinghouse. Luego, en 1904, se adoptaron motores de explosión.
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Desde aquí el negocio avanzó, con altos y bajos, hasta el final de los cincuenta, cuando comienza un declive que sería irreversible. Esos años de malabares por salvar la compañía resultaron en problemas de calidad que, a la larga, le ganaron el criollo mote de Estudesgracia.
Casi al final de su vida, Studebaker ofreció esta joyita media escondida en la historia: el Super Lark de 1963.
Primero fue el Lark
El Lark llegó a fines de los cincuenta, para salvar a Studebaker. Fue un compacto que se adelantó a los tres grandes y logró ventas que permitieron a la compañía llegar a los sesenta.
Se creó con el criterio de costos mínimos, maximizando los componentes a compartir. Así, se utilizó el chasis del Champion 1953, recortado delante y detrás en 70 cm. Su longitud total quedó en 4,4 metros y su peso en 1 400 kg. Para los estándares estadounidenses de entonces: compacto y liviano.
Y al fin, el Studebaker Super Lark
No se trata de un modelo, sino de un paquete de potencia ofrecido en la gama, pero que el tiempo ha convertido en un auto de culto.
Atrasos en el nuevo Avanti (incapacidad de Molded Fiber Glass Body Co. en producir su carrocería de fiberglass al priorizar el Corvette) dejó “disponibles” una cantidad de los nuevos motores V8 R2 y R3, y surge la idea de ofertar ese extra en el pequeño Lark.
El Studebaker Super Lark se anunció en abril de 1963, sin apenas promoción, y hoy es considerado por muchos el primer muscle-car de la historia. ¿Por qué? ¿Qué lo hizo tan especial? Volvemos pronto con los detalles.