No es broma si les decimos que hemos conducido el coche de 2030. Para esa fecha, el 80% de la población mundial vivirá en ciudades abarrotadas y obteniendo del petróleo el 96% de la energía del transporte (con el ritmo de crecimiento de las necesidades actuales en 2030 necesitaríamos ¡6 Arabias Saudíes! produciendo petróleo), es obligado un cambio radical. Necesitaremos un coche pequeño (fácil de aparcar y poco pesado para ahorrar consumo), muy ágil (la falta de espacio será un problema), muy conectado a todas las posibilidades que nos ofrecen las telecomunicaciones (como la conducción semi-autónoma) y por supuesto, eléctrico. Todo lo que viene a ser el EN-V desarrollado por GM.