La novela del Titanic está lejos de concluir, y ahora se le suman varios procesos judiciales y tratados. Estas son las batallas legales del Titanic.
Proceso judicial en EE. UU. saca a la luz choque por fuertes corrientes entre el submarino Triton, perteneciente a la empresa EYOS Expeditions asentada en la Isla de Man en el Reino Unido, y el pecio del Titanic en 2019; hecho que habría sido encubierto por la Administración Naval Oceánica y Atmosférica (NOAA), según la empresa RMS Titanic Inc., dueña de los derechos sobre el Titanic.
Días antes del anuncio del Gobierno de Reino Unido al que le dedicamos un espacio anteriormente, sobre el tratado con EE.UU. para la mayor protección del barco, aparece esta nueva información del accidente del Triton con los restos del naufragio, y es que el hundimiento del Titanic es un hito de la historia moderna, pero la lucha por sus restos está ahora haciendo historia legal.
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A pesar de que el descubridor de los restos del naufragio Robert Ballard y su equipo nunca recuperaron permanentemente ningún artefacto de los restos del naufragio, más de 5000 objetos han sido sustraídos del lugar, para acabar en subastas por todo el mundo y recaudando grandes sumas de dinero, sin que medie un carácter científico sino comercial.
Ahora la empresa estadounidense con sede en Atlanta, Georgia, RMS Titanic Inc., subsidiaria de Premier Exhibitions, pretende abrir el casco del Titanic, para sustraer el Radio Marconi, desde el que se enviaron las últimas señales pidiendo ayuda desde el trasatlántico, la noche del accidente con el iceberg, la mítica frase de save our souls, de donde se dice equivocadamente que proviene el código S.O.S., de solicitud de auxilio comúnmente utilizado desde inicios del siglo XX.
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La información del choque del submarino inglés salió a flote en medio de las alegaciones del proceso judicial cuya primera audiencia se realizará el próximo 20 de febrero. La controversia la mantienen RMS Titanic Inc frente a la Administración Naval Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, pues la primera pretende acceder a los restos del buque para seguir extrayendo objetos con fines comerciales y la segunda pretende que no se perturbe la tumba de las 1500 víctimas del naufragio.
Es válido recordar que los pecios en madera se conservan mejor en los ambientes subacuáticos que los restos de naufragios de metal, pudiendo los primeros preservarse por siglos, mientras que el acero tiende a degradarse por la acción de la oxidación y las bacterias, razón por la que a futuro los restos del Titanic desaparecerán.
Si se tiene en cuenta el nuevo tratado entre Estados Unidos y Gran Bretaña y que fuera ratificado por EE.UU., la decisión de una corte de distrito no puede tener supremacía sobre una norma de tal jerarquía por lo que lo pretendido por la empresa dueña de los derechos sobre el Titanic, no debe prosperar, pues existe el caso de la fragata Mercedes que ganó España a la empresa Odyssey Marine Exploration en el estado de la Florida.
De algo estamos seguros, la novela legal del Titanic está lejos de concluir, pues quedan aún muchos tesoros por descubrir en el fondo del Atlántico y muchos interesados en lucrar con lo que esconden aún las entrañas del barco.
Fuentes: Bohemia y ABC