En 1881, el adinerado conde Albert De Dion se interesa por los motores a vapor y conoce a Georges Bouton, de gran talento mecánico y propietario –junto al ingeniero Charles Trépardoux- de un almacén. De esta mezcla –dinero aportado por De Dion y talento de Bouton y Trépadoux- surge, en 1884, un pequeño vehículo a vapor que alcanza ¡los 60 km/h! Un poco más adelante, en 1894, Trépadoux diseña el eje De Dion -diferencial suspendido y las transmisiones oscilantes- que aún encuentra uso.
Sin embargo, De Dion no es solo la parte financiera del triunvirato. Su agudeza le hace tomar la decisión estratégica de enfocarse en los motores de gasolina, lo cual provoca la salida de Trépadoux y el escenario queda listo para la asociación De Dion-Bouton. Producen su primer motor, mono-cilíndrico, de 1.75 CV, de solo 40 libras de peso y capaz de operar a 1500 rpm, superior al Daimler, que apenas soportaba 800 rpm.
Para 1899 está listo el modelo que lo pondría en el mapa mundial: el tipo D 'vis à vis'. En él, pasajeros y conductor se encontraban uno frente al otro, y el motor debajo de los asientos. Era mono-cilíndrico, de 402 cc y 2,8 CV. Era importante la transmisión de dos marchas, relativamente fácil de utilizar y que permitía ”exprimir“ al máximo la potencia. La demanda se hace sentir: era un vehículo pequeño, fácil de conducir –comparado con los mastodontes de la época- y que se rompe muy poco.
Para 1900 De Dion es el mayor fabricante de autos del mundo con la cifra de ¡400 unidades! –hoy Toyota o Volkswagen oscilan alrededor de los 10 millones- y líder en el mercado de pequeños motores con 3,200 unidades, reafirmando lo acertado de enfocarse en los motores de gasolina. Este motor se hizo tan universal que era fabricado, bajo licencia, por unas 150 marcas en todo el mundo e incluso ¡fue la base para el primer motor de las motos norteamericanas Harley-Davidson!
La demanda, manda. Se instala una fábrica en las afueras de Paris y la producción del tipo D rebasa las 3000 unidades, entre 1899 y 1901. Para esa fecha, la marca cruza el Atlántico y lo fabrica en Brooklyn, Nueva York. Allí se vende como 'Motorette', con un motor de 3,5 CV. Sin embargo, la calidad del ensamblaje era deficiente y el De Dion no triunfó en América, para suerte de Henry Ford.