
En los últimos años los vehículos eléctricos han ganado terreno, impulsados por este siglo XXI digital y electrónico que vivimos. Una apuesta diferente es el uso del gas natural comprimido, también conocido por sus siglas GNC, una opción menos radical, con menos implicaciones a nivel de infraestructura y tecnología. SEAT da un paso importante con este Ibiza cuya planta de fuerza ha bautizado como 1.0 TGI. Su particularidad principal es el combustible que utiliza para lograr el movimiento. Aunque las características de este modelo son similares a los Seat Ibiza tradicionales, es cierto que presenta otras exclusivas de este modelo.
El tema principal de este modelo, por supuesto, es la tecnología GNC. La diferencia en su tanque de combustible es el tabique que lo divide en dos: una zona para gasolina y la otra para el gas natural comprimido, este último con capacidad para alojar hasta 13 kg. Cualquiera de ambos combustibles alimenta un motor de 3 cilindros y 95 CV que otorga al Ibiza TGI una autonomía de 1 320 km.
Una de las grandes ventajas del GNC es que su costo es menor en alrededor de un 25 % a la gasolina –hasta que nos lo suban, como hicieron en su momento con el diésel- llegando a ofrecer la posibilidad de recorrer 100 km por unos 4.00 USD frente a 7.50 USD con gasolina.
Un punto interesante en el despliegue de esta tecnología está resultando las ayudas a su adquisición, que logran rebajar el precio hasta hacerlo caer hasta cerca de los 10 000.00 USD. La contrapartida es –desde siempre- la infraestructura para reabastecer que no acaba de crecer de forma estable, siendo un problema en casi todas partes.