
Esta semana cerraremos el ciclo de camionetas producidas por los principales fabricantes norteamericanos. Le toca ahora a Chevrolet, luego que semanas atrás repasamos la RAM, de Dodge, y la Ranger, de Ford. La marca insignia de GMC tiene hoy en el mercado la serie Silverado, responsable de enfrentar a los rivales de Ford y Chrysler. Veamos su historia.
Chevrolet comenzó la producción de camionetas en fecha tan lejana como 1924, aunque un diseño propio de Chevrolet no apareció hasta 1930. La antecesora de la Silverado fue la serie C/K , denominación empleada por la marca –C, por CONVENTIONAL, para las de tracción trasera, y K para las de tracción total- y que puede inducir al error de asociarla a la Series C Classic Six, de 1911, el primer Chevrolet producido, y que era un automóvil. Con las camionetas de la serie C/K, Chevrolet inicia –en 1960- una nueva era en la organización de la producción y nomenclatura de sus camionetas, la cual terminaría en los años noventa con la aparición de la serie Silverado. Esa serie estableció el esquema de media tonelada, tres cuarto y una tonelada para las camionetas Chevrolet, con la denominación de 10, 20 y 30 respectivamente para cada una de ellas.
A mediados de los años setenta comienza a utilizarse el nombre Silverado, en las camionetas de trabajo de la General Motors, para diferenciar un mayor equipamiento respecto a la versión C/K. Ya para 1999 el nombre se establece en Chevrolet y es bueno apuntar que esto se refiere al mercado norteamericano –EE. UU. y Canadá- porque con anterioridad, ambos nombres se utilizaban para referirse a distintos niveles de acabado de camionetas C/K Chevrolet y GMC, incluso para los modelos comercializados en otras regiones como Corea del Sur, donde se empleó el nombre Silverado, y nunca C/K, desde la primera generación de 1960-66.
Finalmente las camionetas Silverado quedan como la oferta de Chevrolet en los diferentes niveles, siendo las siglas "1500", "2500" y "3500" referencia a la capacidad de carga neta: media tonelada, 3/4 y 1 tonelada, respectivamente. En cuanto a motorizaciones, el 4.3L Vortec V6 viene equipando a las series 1500 y 2500, aunque existen opciones de motores V8 en todas las versiones, tanto gasolina como diesel. Una característica, en estos vehículos de trabajo norteamericanos, es la gran potencia que generan sus motores. La oferta en este apartado es casi infinita, llegando hasta un V8 de 8,1 litro de desplazamiento, solo en gasolina. En diesel, están los impresionantes 6.5L y 6.6L, ambos turbo, superando en la actualidad los 300 CV.
Muchos compradores usan su camioneta solo para trabajo, pero también existen los que gustan de la potencia de estos vehículos, su capacidad de carga y versatilidad, y han convertido a estos vehículos en casi un tema de culto. Por ello, su evolución es de las más apreciables en la industria del automóvil, pasando de rústicos vehículos solo buenos para enfrentar el trabajo fuerte, a sofisticados vehículos que permiten, además, disfrutar el placer de su potencia, robustez y altura en la conducción ”civil“. Para que lo comprueben observen las fotos que acompañan este trabajo.