Inmerso en su indetenible expansión en China, el grupo automovilístico Volskwagen ha inaugurado una nueva planta en la ciudad de Ningbo (a 150 kilómetros de Shanghái, en el sudeste del país), lista para producir unos 300 000 vehículos anuales.
La corporación alemana señaló que el nuevo complejo se pone en marcha en el marco de la 'joint venture' que mantiene en China con la empresa local SAIC y resaltó que permitirá la creación de 5 700 nuevos puestos de trabajo.
Asimismo, apuntó que sus instalaciones cuentan con talleres de prensado, de pintura y de chapa, además de una unidad final de ensamblaje, por lo que en una primera etapa montará el modelo Superb de Skoda, aunque más adelante podrá producir otros vehículos basados en la en la moderna plataforma MQB del grupo.
Construida en menos de dos años, la factoría de Ningbo se convierte en el decimosexto centro productiva de la multinacional en China y la número 105 en el mundo, aunque esta cifra se incrementará en 2015, una vez que se complete la construcción del centro de Changsha, o cuando termine la puesta en marcha de la fábrica de Urumqi, que dio comienzo hace pocas semanas.
Y es que el consorcio de Wolfburg ha decidido blindar su presencia en el gigante asiático en pos de rivalizar con los fabricantes japoneses en el principal mercado automotriz de la actualidad. De ahí que también doblará la producción en su nueva factoría china de Foshan, cerca de Guandong, donde ahora mismo fabrica 300 000 unidades del Volkswagen Golf y, a principios de 2014, debe empezar a ensamblar el Audi A3 para alcanzar los 600 000 vehículos.
El año pasado Volkswagen y sus marcas asociadas vendieron en todo el país, 2,6 millones de vehículos, por lo que en sus proyecciones contempla tener una capacidad de fabricación en China de cuatro millones de unidades para 2018.