¿Maserati entra en una etapa dorada?

Creado: Dom, 27/10/2013 - 17:39
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Ariel B. Coya
¿Maserati entra en una etapa dorada?

Quienes pensaron que Sergio Marchionne fantaseaba cuando predijo que Maserati vendería 50 000 unidades en 2015, muy posiblemente tendrán que dar marcha atrás a ese criterio, porque la firma del tridente se dirige viento en popa a esa meta y tan solo este año ya triplicará sus ventas.

Justo así, si en 2012 vendió unas 6 288 unidades, en lo que va de año ha recibido más de 22 000 pedidos, con la deportividad y exclusividad de siempre, pero también con una nutrida gama de novedades.

Y es que la inversión de 1 500 millones de euros que ha hecho FIAT en Maserati para desarrollar productos empiezan a dar sus frutos, como ha expresado el consejero delegado de la firma, Harald Wester.

De ahí que el buque insignia de la marca de lujo italiana, el Quattroporte, acumula casi 10 000 pedidos, debido en buena medida a la introducción de un motor más pequeño de seis cilindros que ”abarata“ su precio.

Mientras, otro acierto notable ha sido el Ghibli, una berlina más contenida  que aspira a rivalizar con el Audi A6, el Mercedes Benz Clase E y el BMW Serie 5. Pese a que su comercialización acaba de empezar, ha recibido ya casi 8 000 pedidos y debe a repercutir de forma vital en las ventas de Maserati, gracias a la introducción, por primera vez en la marca, de una motorización diesel; sin duda un paso fundamental para plantar batalla en el segmento de las berlinas Premium medias.

Y eso, sin contar al Gran Turismo en sus dos variantes, cupé y cabrio, cuyos pedidos continúan a buen ritmo (cercanos a los 5 000), pese a llevar varios años en el mercado.

Cierto es que todavía le queda camino por delante para arribar hasta las 50 000 unidades, pero con ese afán Maserati prevé dar un golpe de efecto al lanzar en 2015 el primer todocamino de su historia, el Levante, con el que espera sumar a buen seguro a otros tantos miles de clientes a la marca, en pos de superar las 20 000 entregas en un año completo en todo el mundo. La visión de Marchionne entonces no estaría tan lejos.

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Ariel B. Coya