Para salir desde los pit line y llegar al podio hace falta algo más que un buen coche y mucha suerte, hace falta talento. Y eso fue lo que derrochó Sebastian Vettel (Red Bull Renault) en el trazado Yas Marina de Abu Dabi. La victoria de Kimi Raikkonen, primera de la temporada para él y su equipo Lotus Renault, quedó en segundo plano. Fernando y su Ferrari hicieron lo suyo al ser segundos y descontarle tres rayitas al líder.
La carrera parecía dominada por Lewis Hamilton (McLaren Mercedes) que salió desde la pole y dominó con autoridad los primeros giros de la prueba árabe, pero su monoplaza otra vez espiró y lo dejó varado cuando había cumplido veinte de las cincuentaicinco vueltas pactadas. Vettel no la tuvo nada fácil aunque lo acusen de su buena suerte, tenía una estrategia diferente al grupo de avanzada al comenzar con neumáticos medios y no blandos, todos a una sola parada.
Pero el GP de Abu Dabi tuvo un sinnúmero de incidencia que le obligó a cambiar la estrategia algunos y ese fue el caso de Vettel que al final tuvo que realizar dos paradas. El campeón defensor arriesgó y obtuvo sus frutos con un adelantamiento a Button (McLaren Mercedes) en las postrimerías de la carrera que me pusieron los pelos de punta. Entonces, Red Bull celebró y Ferrari se conformó con descontar tres puntos en un fin de semana que pintaba grandioso para Alonso y los de Maranello.
Tras Button, quien finalmente terminó cuarto, completaron el top ten: Pastor Maldonado (Williams), Kamui Kobayashi (Sauber), Felipe Massa (Ferrari), Bruno Senna (Williams), Paul di Resta (Force India) y Daniel Riciardo (Toro Rosso).