
El más famoso automóvil compacto alemán de motor trasero –y quizá del mundo-es el Volkswagen Escarabajo. Sin embargo,Daimler-Benz produjo automóviles muy similares al escarabajo durante los años treinta.
La razón principal es que Ferdinand Porsche –no necesita presentación- fue ingeniero en jefe de Daimler-Benz entre 1923 y 1929. Allí, dejó la semilla de muchas de sus ideas. Apenas un año después de su salida, en 1930, los dirigentes de Daimler-Benz deciden lanzar un proyecto de automóvil compacto, de motor trasero y encargan al ingeniero Hans Nivel -sucesor de Porsche en la dirección técnica de la empresa- su desarrollo.
En 1931 ya se fabrica el Tipo 120, código W17 Daimler, con motor trasero de 1200 cc, 25 CV y cuatro plazas. En 1934, se presenta en el Salón del automóvil de Berlín el Tipo 130, cuyo motor de 1,308 cc le permitía alcanzar 92 km/h con caja de cuatro marchas, todas sincronizadas.
Este auto era costoso y solo se vendieron 4,298 unidades. Su producción fue suspendida en 1936, pero fue un modelo real, de catálogo de Daimler, dos años antes del primer Beetle.
El salto definitivo llega en 1936, con la serie 170. Tiene dos versiones: la V –por Vorn, delante en alemán- y H, por Heckmotor o motor trasero. Llevan el mismo motor cuatro en línea de 1,697 cc y 38 CV.
La serie H lleva una cabina más amplia y redonda, diseñada por Walter Häcker, la cual desde ciertos ángulos se asemeja bastante al futuro Volkswagen. La gran diferencia es el motor en línea y su precio elevado.
La velocidad máxima es cercana a los 111 kilómetros por hora y la prensa especializada estaba favorablemente impresionada con el confort y el sistema de calefacción, poco común en este periodo. Se vendieron cerca de 1,507 ejemplares y ceso su fabricación debido al comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Durante la guerra el ejército solicitó pocos 170 H, ya que no se les consideraban autos para el uso militar. Al finalizar la Guerra Mundial, Mercedes-Benz vuelve a ensamblar vehículos de la serie 170 V, que será la base para la recuperación del prestigioso constructor alemán.
La marca abandona la fabricación del 170 H, pues ese tipo de vehículos será desarrollado por Volkswagen, razón por la que el Beetle se convierte en la base del ”milagro alemán“ de la década de los cincuenta.