Fiat continúa enfrascado en su expansión brasileña y hace apenas unos días inauguró las obras de su segunda fábrica en el gigante sudamericano, que finalmente estará enclavada en la ciudad de Goianiaa, estado de Pernambuco, al noreste del país.
Para erigir el nuevo centro productivo, que iniciará sus operaciones a principios del 2014 con una capacidad anual de 250 000 vehículos y 3 500 empleados, la automotriz italiana destinará alrededor de 3 000 millones de reales (1 910 millones de dólares al cambio actual). Y no es casual. Como destacó el presidente de Fiat para América Latina, Cledorvino Belini, Brasil ”tiene un potencial de mercado interno muy grande y el gobierno está justamente orientando a fortalecer ese mercado para no sufrir los reflejos de la crisis externa“.
Muestra del éxito recabado por la marca transalpina en ese mercado floreciente, de hecho, es como su filial obtuvo tres oros en el certamen IDEA/Brasil 2011, donde triunfó en las categoría Estrategia de Diseño, con el Fiat Mio; Transporte, con el Nuevo Uno; e Investigación, con el Nuevo Uno Ecology.
El Nuevo Uno es el modelo más vendido por Fiat en el país, totalizando 10 versiones al adquirir recientemente la Sporting de dos puertas, mientras el Uno Ecology es un prototipo que profundiza en el diseño innovador del vehículo de producción, aportando a la vez una alternativa de lo más ecológica, con piezas de plástico con adición de bagazo de caña de azúcar, asientos en fibra de coco y látex, recubrimiento de los asientos con tejidos a partir de PET reciclado y techo solar fotovoltaico. Nada, que si a Fiat le preguntan cómo le va allí seguramente respondería con la famosa canción de Ary Barroso: Brasil, meu Brasil brasileiro…