No por gusto certifican los expertos que el nuevo Ford Fiesta es mucho más que otro vehículo. Además de los logros que incorpora en diseño y tecnología, el modelo constituye la gran esperanza de la firma para asegurar en estos momentos de crisis la producción de la planta de Almussafes (España).
Calificado por el presidente de Ford Europa, John Fleming, como "el más espectacular Fiesta de la historia", el modelo —cuya primera versión salió de la factoría valenciana el 18 de octubre de 1976— señala un nuevo inicio para la división europea de la multinacional.
Concebido y desarrollado en Europa para cumplir con las necesidades de los clientes de autos pequeños del Viejo Continente, Norteamérica, China, Australia y Sudáfrica, la sexta generación del Fiesta empezó a fabricarse el pasado verano en Colonia (Alemania). Ahora arranca también en Nanking (China) y Ford prevé que en un plazo de un año su producción se expanda a Rayong (Thailandia) y Cuautitlán (México).
De momento se han fabricado en Almussafes 4,68 millones de unidades del Fiesta de las más de 12 millones producidas por la compañía en todo el mundo. De esa factoría salieron el pasado año 357 600 vehículos de los modelos Ka, Fiesta y Focus, lo que supone un descenso del 14,6 por ciento respecto a 2007, situándole a la cola en la clasificación de las fábricas de automóviles de España.
No obstante, y aunque dependerá de la evolución del mercado, la planta de Almussafes prevé producir 700 unidades diarias del nuevo Fiesta a finales de febrero, lo que sumado las 1 050 del Focus permitiría mantener sus 7 000 empleos, además de asegurar las 130 empresas auxiliares en el entorno de la planta, que roza los 25 000 puestos de trabajo.