El fabricante norteamericano de automóviles que enfrenta la actual crisis con alguna dosis de dignidad presenta al heredero legítimo del legado Ford Rallye Sport, y por ello uno de sus deberes es ser tan bueno como los reputados Escort RS Cosworth o Focus RS de primera generación.
Con un motor de origen Volvo y capaz de entregar la friolera de 305 CV y 440 Nm de par el auto ha suscitado no pocas preocupaciones por tanta exigencia sobre el tren delantero, dado su esquema de tracción.
Sin embargo pruebas realizadas por especialistas al nuevo modelo de Ford han despejado el camino en este sentido pues su comportamiento ha sido impecable. Se elogia, precisamente, su excelente comportamiento dinámico, al menos en asfalto seco en buen estado. Parece que el innovador sistema RevoKnuckle en conjunción con un diferencial autoblocante desarrollado por el especialista Quaife consigue reducir a casi cero el previsible subviraje a la entrada de las curvas, encargándose de eliminar las molestas pérdidas de tracción y par de giro (torque steer) al acelerar a la salida de las curvas.
Elogios aparte merece el propulsor 2.5 turbo de origen Volvo del nuevo Ford Focus RS. Al estar relativamente apretado (122 CV/litro) y llevar un turbocompresor de dimensiones generosas la entrada de este a pleno soplado tiene un ligero retraso, algo común en sistemas turbo, y el cual nos prepara para la dosis de potencia que vamos a recibir y evita sustos derivados de la excesiva prisa con el acelerador. Esta excelente cota de potencia pone al Focus RS a la cabeza de su segmento en perfomances: de a 100 km/h con solamente 5.9 segundos, mientras que su velocidad máxima es similar a la de un Porsche Cayman: 261 km/h.