Ninguna otra marca antes que Audi descubrió ni explotó mejor el potencial revolucionario de la iluminación Led. Eficiente, fiable, única en su género. Gracias a sus luces de marcha diurna mediante diodos emisores Led, cada modelo de la casa de los cuatro aros hace gala de su propia personalidad.
De la característica banda de luz de los faros del Audi A4 emana elegancia, mientras que en el R8 irradia fuerza y supremacía: sus grupos ópticos se diseñaron y fabricaron sobre la base de la eficiencia energética amigable con el entorno de la tecnología Led.
Y todo por un diodo emisor de luz o Led: un dispositivo semiconductor tan diminuto como un grano de arena que puede presumir de unas sorprendentes propiedades físicas, siendo como es capaz de convertir la energía eléctrica directamente en luz con una eficiencia sin par en lo referido al consumo, con una reducción de cerca de 0,2 litros cada 100 kilómetros y cuatro gramos menos de emisiones de CO2 por kilómetro.
No en balde, los actuales faros de xenón o con tecnología Led poseen una eficiencia energética cuatro veces superior a las de los faros halógenos convencionales; si bien para el año 2018 se espera que esta superioridad sea ocho veces mayor. Por si fuera poco su duración es prácticamente indefinida, y a la hora de encenderse su tiempo de reacción es diez veces más rápido que el de las bombillas incandescentes tradicionales.
Ni que decir entonces que para mayo de 2010, cuando la luz de marcha diurna sea obligatoria en la Unión Europea, los modelos Audi dotados de tecnología de iluminación Led estarán por delante de sus rivales. Vaya, si brilla con luz propia.