La KTM 990 Super Duke R es, con el permiso de la KTM RC8, el máximo exponente entre las motos de carretera de la firma austriaca, y más aún en esta última versión Super Duke "R" que cuenta con componentes y acabados mucho más deportivos.
Aquí tienes una moto naked, desnuda y minimalista, con espíritu de moto streetfighter gracias a sus componentes de primer nivel y a un motor rabioso que le otorgan a esta KTM una importante faceta deportiva.
Con "R" de Racing
La KTM 990 Super Duke R no es una moto naked cualquiera y hace honor sin duda a ese apellido "R", acercándola mucho a las streetfighter más radicales.
Para empezar hay que destacar su motor, que es lo que marca sin duda su personalidad. El bicilíndrico en V a 75º es puro brío, no sólo por sus 999 cc y 125 CV de potencia, sino por el tacto agresivo y enérgico que ofrece a cada gesto del acelerador. Con ese "punch" que de pronto hace levantar la rueda delantera si te lo propones con sólo dar gas.
Un ciclo deportivo
Y luego está su parte ciclo, claro. KTM recurre a sus marcas habituales pero escogiendo casi lo mejor de cada familia. Las suspensiones las componen una horquilla invertida WP de barras de 48 mm y un monoamortiguador trasero también WP, ambas con amplias posibilidades de reglaje y que hacen su trabajo con precisión.
Pero aún hay más, como detalle de calidad KTM monta en su Super Duke R un amortiguador de dirección también obra de WP y colocado por debajo de la tija, tras la horquilla, con el que acaba con cualquier nerviosismo posible del manillar.
El equipo de frenos lo componen elementos de igual alto nivel. Brembo es el encargado de firmar las dos pinzas delanteras radiales monobloque de 4 pistones que muerden sendos discos de 320 mm, dejando para el tren posterior un disco de 240 mm.
El tacto y la potencia que ofrece la bomba radial es exquisito y gracias al buen comportamiento y aguante de la horquilla cada frenada se convierte en un juego de niños.
De Ángulos afilados
Que la estética de la KTM Super Duke R es tremendamente agresiva no se puede discutir. Líneas afiladas y angulosas, escapes con los silenciosos que flanquean el colín, diseño radical... cada detalle ayuda a definir aún mejor su carácter.
La altura del asiento es considerable y su mullido no deja mucho lugar para el confort. Menos espació tendrá aún nuestro acompañante, un pasajero que suficientemente intimidado estará ya por la salida a sus lados de los silenciosos del descape, con zonas calientes a evitar para evitar disgustos.