Regreso, segundo día.
El tramo entre Guantánamo y Santiago de Cuba es bastante corto, en comparación con otras etapas de la Vuelta. Desde el kilómetro 0 hasta la Ciudad Escolar 26 de Julio hay solo 84 km, luego los ciclistas hacen un circuito en Santiago, de cinco vueltas, para completar los 111 km previstos para la etapa. Esperamos entrar en la extensión de la carretera central que une estas dos provincias orientales para realizar las pruebas de recuperación en tercera, cuarta y quinta velocidades.
Escogimos ese tramo, y no los 20 kilómetros de autopista, porque es allí donde hace falta una rápida recuperación para los adelantamientos. Sin embargo, la recuperación en quinta para alcanzar los 120 km/h la hicimos en el tramo de autopista a la entrada de Santiago. Todas las pruebas se hicieron con las ventanillas cerradas y el aire puesto, que tiene unos mandos muy cómodos en el panel central, con el que se pueden delimitar dos zonas de temperatura, un detalle que le aumenta el confort al 308.
Estos test se realizaron a partir de las 1 500 rpm, un número de vueltas mínimas donde el motor responde con facilidad. La prueba de 40 a 70 km/h, en tercera, la hizo en un promedio de 6.41 segundos y en la de 60 a 90 km/h, en cuarta, medió 6.55 segundos.
La recuperación de 70 a 120 km/h la realizamos en la autopista de entrada a la Capital de las provincias orientales. En este test promedió 16.20 segundos. La policía, que nos acompañó en todo momento, sugirió que lo probáramos de 0 a 100 km/h y en dos intentos promedió 12.6 segundos. Es justo señalar que todas las pruebas las hicimos cargados de equipaje, como cualquier familia que viaja recorriendo los caminos.
Mañana tendremos una dura prueba de montaña, la Gran Piedra, uno de los cerros más difíciles de escalar en la Mayor de las Antillas.