Finalmente Volvo arrancará este mismo año la producción en serie de vehículos en China, en la planta ubicada en la ciudad de Chengdu, donde el primer modelo que se fabricará será la berlina S60L, versión de batalla larga del S60 orientada específicamente al gigante asiático, según informó la firma en un comunicado.
De ese modo, la marca sueca que fuera adquirida hace tres años por el consorcio chino Zhejiang Geely Holding Group, prevé iniciar la producción de automóviles ya revisados y destinados a la venta final a lo largo del tercer trimestre, tras la entrada en pleno funcionamiento de la nueva factoría instalaciones, que empleará a 1 100 trabajadores, con una capacidad de producción anual en torno a las 120 000 unidades, a razón de 30 vehículos por hora en dos turnos diarios.
No en vano, con este nuevo paso encaminado a afincar su presencia en ese mercado, Volvo espera comercializar unos 200 000 automóviles al año en China para el 2018, adelantándose a lo previsto inicialmente; toda vez que el responsable de las ventas de la firma en el país, Fu Qiang, estimó que el segmento Premium debería crecer allí incluso más del doble a tres millones de vehículos para el 2020.
Así que el creciente apetito por los coches de alta gama en China, su segundo mayor mercado después de Estados Unidos, podría contribuir a superar en más del doble las entregas anuales de Volvo en todo el mundo para esa fecha hasta las 800 000 unidades, desde las 373 000 comercializadas por el fabricante de Gotemburgo en el 2010, pese a competir con las marcas globales de lujo BMW, Jaguar y Audi del grupo Volkswagen.