En la actualidad existen varias infraestructuras ferroviarias que enlazan regiones a través del mar, todas obras ingenieras impresionantes; pues le cuento que ya en fecha tan temprana como 1905 Henry Flager proyectaba una travesía marítima en tren que uniría Estados Unidos y Cuba: Havana Special. ¡Para la historia!... y para un trago cubano del mismo nombre inspirado en aquella legendaria ruta.
Había que tener dinero para materializar un trayecto ferroviario que, con punto de partida en Nueva York, se extendiera desde Miami a Cayo Hueso, conectando cada una de las islas de la cayería entre sí; y luego, para más ambición, transportar los vagones de los trenes en ferry-boats hasta La Habana. Ciertamente Henry Flager, multimillonario socio fundador de la Standard Oil (empresa petrolera estadounidense, uno de cuyos principales accionistas fuera John D. Rockefeller, creador de un vasto imperio en ese sector), tenía efectivo para invertir en el maravilloso sueño.
El ferrocarril se extendería 153 millas de largo sobre el mar entre Miami y Key West, cerca de siete millas en aguas con profundidades que llegaban hasta los 30 pies. Para su ejecución se emplearon acero y cemento alemanes, así como madera cubana; y un aproximado de 4 000 hombres trabajando de forma simultánea. Luego de siete años de incesante labor, por supuesto superando muchísimos contratiempos por el camino (entre estos tres ciclones), se inauguraba la línea Nueva York-La Habana.
La bienvenida al primer tren que cruzara el mar la recibió el propio Henry Flager, quien estrenó su propuesta el 22 de enero de 1912, promocionando así la ruta que después hicieran tantos turistas y que afirmaba a Cuba como importante suministrador del mercado norteamericano.
Tanto mercancías como pasajeros partían de la urbe neoyorquina hasta Cayo Hueso gracias a la extensión de vías ferroviarias de isleta en isleta, viaje que duraba dos días. Posteriormente, los vagones eran transportados hacia enormes barcos, travesía de 10 horas, rumbo a la Mayor de las Antillas. La compañía de ferry-boats igualmente pertenecía a Flager, que lo tenía todo pensado.
La línea se mantuvo funcionando durante 23 años, hasta que el 2 de septiembre de 1935, un huracán categoría cinco destruyó parcialmente la infraestructura, lo que motivó que los propietarios decidieran venderla al estado de Florida. Y sobre esos vestigios se erigió la red de carreteras que une hoy los cayos.
Así que ya conoce la historia, por lo que busque su daiquirí en el Floridita; y ahora también su Habana Especial para que rememore lahistoria de Henry Flaguer y de su tren que cruzaba el mar.