Confinado a las fronteras chinas, el Baojun E100 es apenas una curiosidad para el resto del mundo. A menos, que su éxito en el mercado interno –el mayor del mundo, por cierto- lo proyecte internacionalmente. Su gran pegada son los apenas 4550,00 euros que cuesta. Por ese precio, casi no importa lo que dure.
Mas para la expansión del auto eléctrico sí. Es momento de ganar la confianza de la gente. Hay países –como España- donde encuestadores han establecido que el 43 % de los compradores declara posible adquirir un auto eléctrico. De ellos, el 84 % lo haría por considerar el factor ambiental. No deberían ser defraudados.
Nadie sabe hacer las cosas tan baratas como los chinos. Este Baojun es líder en este sentido, y sus craedores afirman una fiabilidad sostenible. Ha surgido de la colaboración entre General Motors, SAIC y Wuling.
En imagen, logra una estética similar a la del Smart ForTwo, aunque es incluso algo más pequeño que el modelo de Daimler. Pero el punto es que no parece una baratija, sino que luce bien, y eso es importante.
Las reducidas dimensiones le hacen liviano y ellos es vital para aprovechar la electricidad almacenada. Sabemos que hoy día la mayoría de los autos se mueven con una persona, van sobrados de tamaño. El Baojun 100 es ágil en la ciudad gracias al motor eléctrico de 39 CV y 110 Nm de torque. Esta era la potencia de los autos compactos europeos, de cuatro cilindros, de los años cincuenta, y pesaban mucho más.
El Baojun tiene buena aceleración y su velocidad máxima está limitada a 100 km/h, algo muy racional. Con una sola recargar puede recorrer hasta 155 km, distancia aceptable para uso urbano. Recargar la pequeña batería al 100 % puede tomar 7.5 horas, pero apenas 30 minutos para el 80%.
El equipamiento es excelente, para su precio. En su habitáculo de dos plazas incluye un climatizador manual, unos elevalunas eléctricos, un freno de mano eléctrico, conexión Wi-Fi y un sistema de navegación, entre otros. Asimismo, dispone de control de estabilidad, cierre centralizado, luces diurnas con tecnología LED y faros antiniebla.
De ser realidad todo esto, se trataría de un vehículo viable no solo en los países desarrollados, de gran contaminación, sino también en regiones en desarrollo que precisan de vehículos baratos y no depender –al menos directamente- de combustible fósiles.
