Para aquellos incrédulos que piensan que el amor es cosa de jóvenes, desde el Club de Autos Clásicos Británicos les aseguro que se equivocan y, si tampoco creen que un automóvil puede ser motivo de un amor, también se equivocan.
En esta historia ambos rebasan los 60 años de edad, no fueron compañeros de escuela, ni del trabajo ni tampoco vecinos del barrio, pero ... hace algunos años comenzaron a coincidir en reuniones de los clubes de autos antiguos, de aquellas que se hacían en La Piragua en la peña "Amigos de Fangio", y las de clubes de autos deportivos y de autos antiguos "A lo cubano" en el parqueo de Tropicana. En esos avatares se conocieron.
Aunque desde hace muchos años ella organiza, coordina y convoca diversas actividades de los clubes de autos, no sabe manejar, realmente su trabajo es en la televisión.
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¿Y él? se preguntarán. Él es un apasionado de los carros desde niño, arregló su primer auto a los 12 años. Él conoce los automóviles al dedillo, y no solo los maneja sino que hace realidad con sus manos y su ingenio que muchos de ellos rueden airosos en las calles de La Habana y hasta de otros países. A él le dice "el profe", "el maestro", pero ella le dice "el artesano de los hierros".
El 2016 los puso en el mismo camino. Queen Elizabeth, reina de Inglaterra, cumplía 90 años y el embajador del Reino Unido en Cuba concluía su misión. Como era habitual, a ella le pidieron que llevara dos autos británicos a la recepción de la embajada. Ella lo convocó a él con su Austin Healey 1959 (tan conocido por la serie de Discovery Channel Cuban Chrome) y el otro auto fue el MG de unos excelentes amigos.
Él la recogió en su casa (¡gracias que dejó de llover! pues si seguía lloviendo él no hubiera podido recogerla porque el auto no tiene techo). Él le abrió la puerta del Austin Healey y ella se montó. Iban los dos muy elegantes. Llegaron a la recepción, conversaron y aunque le dijo que no sabía bailar, sí bailaron. Después la llevó de regreso y se despidieron con un beso.
A los tres días él la llamó y se volvieron a ver; se prendió la primera llama. Ellos tienen muchas cosas en común además de los autos. Él le enseña lo maravilloso del funcionamiento de los autos y ella lo lleva al teatro o a bailar en La Maison.
En el 2018 crearon juntos el Club de Autos Clásicos Británicos a fuerza detener a cuanto carro se encontraron en las calles y la llama del amor siguió creciendo, regalando felicidad a todos los que le rodean.
En marzo de 2019 recibieron la visita de la pareja real británica en el Parque John Lennon y se sintieron felices de haber logrado que con su amor intenso el Club fuera el anfitrión.
Ya estamos en el 2020, ellos se siguen amando como dos adolescentes y ya pasan de los 60 años. Son una familia feliz porque unieron a las suyas en una sola, ahora son más hijos y más nietos, porque las hermanas y hermanos postizos, los igualitos, las amistades de cada uno ahora son de ambos. Y los dueños de autos y motos de estos clubes también forman parte de esa gran familia. Muchos son los que les quieren bien.
No importa que ella no sepa manejar, que él no haya aprendido a bailar bien y que el Austin Healey aún no tenga techo. Se quieren, se respetan sus espacios, sus profesiones y sencillamente son eternamente jóvenes. El amor no tiene edad y que conste, seguirán siendo felices aunque no hayan cuatro ruedas de por medio, porque ellos se aman y son "los jevitos del Club de Autos Clásicos Británicos".
NOTA: Esta es una historia real: LUPE FUENTES MACIAS & RICARDO MEDELL RODRIGUEZ.