¿Quién no recuerda aquel auto deportivo de 1981, con alas tipo gaviota, de acero inoxidable sin pintar, famoso por ser la icónica máquina del tiempo en la famosa trilogía Regreso al futuro? El asombroso DeLorean DMC-12 pasó a ser objeto de idolatría en el género de ciencias ficción luego de finalizada esta franquicia.
Pasaron cuatro décadas, el culto por este auto perdura y el diseñador español Ángel Guerra dedicó tres semanas para el diseño de una visión contemporánea de un clásico que parece no querer morir. "Desde que ese automóvil bajó por la rampa del camión en Regreso al futuro, supe que sería diseñador de automóviles", fueron sus palabras durante la presentación.
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El renacido DeLorean DMC-12 llega con características a la altura de algunos de los superdeportivos del momento y cero emisiones. La carrocería, con aspecto deportivo y fluido es más grande, con un largo de 4,78 m, ancho 2,04 m y altura 1,14 m, dividida por una pregnante franja negra, la línea del techo muy caída, coherente con los actuales coupé. Los faros cuadrados se remplazan por tiras led blanco envolvente y los neumáticos pasan a ser más anchos. Mantiene rasgos de diseño del primer modelo que estuvo a cargo del diseñador italiano Giorgetto Giugiaro, como la carrocería plateada que recuerde el acero inoxidable, aunque pudiera estar disponible con otros tintes como negro o azul eléctrico, las alas tipo gaviota, los listones horizontales en su parte trasera superior y las llantas multirradios.
En la mecánica del DeLorean DMC-12, dos motores eléctricos en el eje trasero, uno para cada rueda y una potencia que oscilará entre 800 CV y 900 CV. Lo verdaderamente sorprendente será su movilidad autónoma gracias a radares LIDAR y ultrasonidos ubicados en su franja negra central y un conjunto de cámaras para reforzar la seguridad.
Pero su diseñador quiere más y tiene la idea de cuatro propulsores que se desplieguen al recoger las ruedas una vez activado el modo vuelo, al estilo de la máquina del tiempo de Doc, algo que los actuales Emmett Lathrop Brown podrían materializar.