Amsterdam: Aunque al pensar en ciudades rodeadas de agua casi siempre recordamos Venecia, existen otras donde la relación tierra-agua es muy complicada; ¿Puede hacerse un sistema de Metro en ellas?
Los Países Bajos, o como muchos lo conocemos; Holanda, constituye un desarrollado Estado de Europa; sin embargo, su Capital, Amsterdam,solo inauguró un sistema de Metro el 14 de Octubre de 1977, muchos años después que sus vecinos continentales y casi un Siglo después que el primer servicio de ese tipo comenzara en Londres; aunque debemos decir que entre 1920 y 1929 se hicieron propuestas sobre un ferrocarril subterráneo para la Ciudad.
No fue hasta 1950, después que el País había restaurado los ¨polders¨ destruídos por los ocupantes Nazis al ser expulsados del País y que por años habían construido los holandeses para ganar territorios al mar y aumentar la superficie de sus ciudades, que de nuevo tomó fuerza la construcción de un sistema de Metro. A ello se agregaba el aumento poblacional y las necesarias demoliciones que las obras requerían.
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El 16 de Mayo de 1968 se decide la construcción del sistema, considerando sus teminación a fines de la década de los 90. Las obras del metro de Amsterdam originaron grandes protestas por parte de los vecinos de zonas, donde inevitablemente resultaba necesaria la demolición de áreas residenciales. No obstante, la obra proyectada cumplió en su totalidad lo previsto en el plan original en cuanto a las áreas a cubrir; aunque la última Línea entró en operación el 21 de Julio de 2018.
En la actualidad, el sistema de Metro de Amsterdam cuenta con cinco rutas y 39 estaciones; una longitud total de 42.7 Km, y algo más de 90 coches que mueven diariamente alrededor de 250,000 pasajeros. Con un ancho de vía standard (1,435 mm) se electrifica mediante tercer raíl a 750 v.DC. y puede alcanzar 70 Km/h. Sus equipos han sido suministrado por varias Compañías: la alemana Linke-Hofmann-Busch, la belga La Brugeoise et Nivelles, la española CAF y la polaca Alstom Konstal; última en tributar al total.
En los planes de expansión del metro de Amsterdam, se considera extender una de las líneas hasta el aeropuerto de la Ciudad y cubrir la demanda de servicio en la periferia de la misma. En este caso las líneas soterradas compartirán la tarea con otras de superficie; así como sus posibles enlaces con otras formas de transportación.
