
Crecí en los años sesenta, frente a un amplio parque habanero. En el –como en tantos– uno de sus árboles daba unos frutos duros, secos y boludos que la chiquillería llamábamos almendrones y usábamos para nuestras riñas y juegos. En sus bancos, en las noches de apagón, jugaba con mi abuelo a identificar los autos, solo por sus luces encendidas. No podía imaginar que esos autos serían llamados algún día –por su semejanza a aquellos frutos– “almendrones” y que, tal como yo, tendrían abuelos.
Alfonso Cueto Álvarez lo ha hecho posible en Los abuelos de los almendrones, libro presentado en la librería habanera Alma Mater y publicado por la Editorial José Martí. Jorge Fernández Era, editor del libro y autor de la nota de contraportada, se encargó de la presentación inicial del autor y la obra, la cual definió como “…la ruta que nos propone el autor para conocer la historia de las diferentes marcas que circularon y aún circulan en la Isla…”
Finalmente, Alfonso Cueto realizo un breve viaje por las páginas del libro, entresacando historias y anécdotas que lo forman, conformando una vivida descripción de las memorias del automóvil, a partir de su presencia en Cuba, dejando claro que encontraremos valiosas historias e interesantes detalles, contadas como solo saben los abuelos. Gracias Alfonso.