
Parece no haber sido suficiente la tragedia de vivir sus dos primeros años durante la Primera Guerra Mundial, porque Ferruccio Lamborghini formó parte del destacamento de transporte para su ejército patrio durante el segundo infortunio bélico internacional de la primera mitad del siglo XX. Y esto le cambió la vida.
Con la paz de 1945, Ferruccio comienza a comprar piezas automotrices militares como recursos para, tres años después, abrir su primer negocio: la Lamborghini Trattori.
Como fabricante de vehículos especializados para la agricultura, especialmente tractores, toca la cima con la aplicación de vaporizadores al motor Morris, que combina el uso de gasolina y petróleo para potenciarse. Pero aún le quedaría mucho que escalar.

El éxito le permite a Ferrucio adquirir autos deportivos de importantes marcas como Alfa Romeo, Mercedes-Benz, Maserati y… Lo que él no sabía era que Enzo Ferrari le mostraría el resto del Olimpo que le quedaba por subir.
Ferruccio se irrita ante los problemas técnicos de presentaba su Ferrari 250 GTB. Después de varios intentos en los talleres de Lamborghini, se percata de que algunos componentes del embrague eran los mismos que él usaba en sus propios tractores, por lo que realizó una queja directamente a Enzo, quien le responde que un productor de tractores jamás le iba a enseñar a producir autos deportivos.
El nombre Lamborghini, más que deportivos, ha arrasado el mercado mundial con sus superdeportivos, teniendo incluso para sí el excelente trabajo de antiguos empleados de su competidor y, podría incluso decirse, patrocinador; porque Enzo Ferrari constituye la motivación del toro que brama en la pasión y el lujo fundados para la industria automotriz por Ferruccio Lamborghini.
