
Arte y autos pueden ser un binomio perfecto con resultados espectaculares. Este es el caso de los art car que surgieron en la década del 70 cuando el francés Hervé Poulain, piloto de carreras, se presentó en el año 1975 en Le Mans con un BMW 3.0 CSL y dejó a todos en suspenso. El coche había sido decorado por su amigo Alexander Calder, un escultor reconocido por sus figuras gigantes.
Su debut fue todo un acontecimiento y a partir de aquí muchos artistas plásticos fueron invitados a colaborar en esta corriente para recrear y dar vida, según su estilo, a carrocerías de diferentes modelos, en total fueron 17.
La saga de los BMW contó con artistas como Andy Warhol, Frank Stella, Roy Lichtenstein, Robert Rauschenberg, David Hockney, Michael Jagamara, Jeff Koons; el pintor, músico y poeta austríaco Ernst Fuchs, el japonés Matazo Cayama y el español César Manrique. Dos mujeres tuvieron el honor de participar en este proyecto sobre ruedas, una fue Esther Mahlangu, una artista sudafricana, en el año 1991 y ocho años más tarde Jenny Holzer.

Colores alegres, fuertes, exóticos, líneas difuminadas que se pierden y confunden para dar velocidad, transparencias, paisajes abstractos; árboles, loros, peces, una liebre que cruza corriendo, una autopista por encima de un auto en llama y elementos de la mitología del país de algunos de los artistas reseñados, son algunos de los motivos o temas que captaron en sus obras. Cada uno dejó su sello y una obra imperecedera.