El presidente de la UCI expresó su preocupación por el uso del Tramadol en el pelotón internacional, analgésico admitido por la Agencia Mundial Antidopaje.
En una entrevista concedida al diario italiano la Gazzetta dello Sport, David Lappartient, presidente del a UCI, señaló que “el Tramadol es un problema en el ciclismo y tenemos que hacer algo para solucionarlo. En torno a un cinco por ciento de los ciclistas han dado positivo en esta sustancia en los controles hechos. Dos tercios de los deportistas a los que se les detecta Tramadol son ciclistas”.
El máximo dirigente del ente ciclístico mundial dejó entrever la intención de la UCI de hacer controles y sancionar por su cuenta a los pedalistas que arrojen positivo por consumir este potente analgésico, que actúa en la médula espinal y el cerebro.
“Lo vetaremos bajo nuestras reglas. La prohibición no entrará en vigor el 1 de enero, pero probablemente lo haga en marzo, para que esté listo para la París-Niza y la Tirreno Adriático. Lo que pasa es que tenemos que ser muy cuidadosos tanto en los aspectos legales como técnicos. Y hay que comprobarlo todo con nuestra comisión médica”, puntualizó Lappartient.
La UCI contra el flagelo del dopaje
Los cuatro años de prohibición al español Igor Merino (Team Burgos-BH), es una de las más reciente sanciones impuestas por la UCI en su difícil batalla contra el flagelo del doping.
Por su parte, la Agencia Española Antidopaje suspendió también por cuatro años a Ibai Sales, otro integrante del Burgos-BH, debido a irregularidades detectadas en su pasaporte biológico.
Mientras la UCI arrecia su ofensiva contra los tramposos en el pelotón, la Asociación de Ciclistas Profesionales (CPA) emitió un comunicado en el que exige el cese de los controles “que no respetan la vida privada de los ciclistas”, los cuales son “intolerables”.
Firmada por su presidente, el italiano Gianni Bugno, la CPA reveló que sabe de casos de corredores que han sido sometidos a controles “el día de su boda, durante un entierro o el primer día de colegio de sus hijos”.
Como el ejemplo más reciente la CPA señala el caso del corredor Pieter Serry, quien pasó un control en horarios en los que debía participar en el festival del ciclismo flamenco. “Como un detenido, en el momento de entrar en la gala ciclista le estaban esperando para pasar el control y hubo de renunciar a la fiesta para atender a las autoridades antidopaje”, comentó Bugno.
En el comunicado de la Asociación de Ciclistas Profesionales, Bugno explicó que los ciclistas pagan un 2 % de sus ingresos para hacer posible estos controles. “Son los únicos deportistas del mundo que pagan los controles antidopaje de sus propios bolsillos”, concluyó.