
Pocas décadas fueron tan proliferas en modelos que devendrían clásicos, como los años sesenta. Sobre todo, en la industria norteamericana, la cual, envuelta en la fiebre de los muscle car, produjo autos tan exóticos como este endemoniado Pontiac Firebird, capaz de lanzar llamas sobre el pavimento.
La Historia
Los muscle car eran ya una realidad desde hacía varios años y Pontiac haría un punto de inflexión en 1967, con el lanzamiento del Firebird, modelo que vendría a completar la ”trilogía maldita“ compuesta por el Tempest, el propio Firebird y el Grand Prix. Estos tres modelos sobrepasarían en ventas ese año, por primera vez, al resto de las líneas de modelos tradicionales.
El Pontiac Firebird 1967, es uno de los modelos más atractivos de ese año, gracias a su silueta que se antoja esculpida y su parrilla frontal doble, empotrada y rematada por los faros dobles a los extremos. Una imagen que trasmite potencia y robustez con toda suavidad. Fueron ofrecidos dos tipos de carrocería, techo duro y convertible, y sobre ellos Pontiac se las arreglaba para ofrecer cinco terminaciones posibles, según los aditamentos y combinaciones.
La Potencia y el Rendimiento
Pero el protagonismo en ese momento estaba en los caballos bajo el capó. Pontiac ofrecía un motor seis en línea de 215 CV de potencia y válvulas a la cabeza, como opción básica. Luego comenzaba a escalar en varias opciones V8, hasta llegar al ”400“, verdadero icono que incluía el motor V8 de 325 CV del GTO, siendo el único Firebird, ese año, que rebasaba los 3000,00 USD de precio de factoría.
Esas cotas no impresionan mucho hoy, cuando los autos con intenciones deportivas rebasan en con frecuencia los 500 CV, pero en ese entonces, y con el peso reducido de este Pontiac, el Firebird acuñaba tiempazos de respeto en las pruebas realizadas por revistas especializadas de la época. Así, el Firebird Sprint, equipado con el motor seis cilindros y 215 CV, lograba acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 10 segundos exactos, y recorría el cuarto de milla en 17, 5 segundos. Estos números se reducían de forma drástica hasta los 6,4 segundos para el 0 a 100 km/h, y 14,3 para el cuarto de milla, con el V8 de 325 CV.
Lanzado oficialmente el 23 de febrero de 1967 el Pontiac Firebird tendría una producción superior a las 82 000 unidades ese primer año.