Rápidamente, el anuncio ha circulado por las redes como la pólvora: Rolls-Royce iniciará las entregas del flamante Wraith (Espectro, en español) este mismo año —durante su último trimestre para ser más exactos— y los amantes de la marca británica andan de plácemes, tras asistir con la boca hecha agua a su presentación en el recién concluido Salón de Ginebra.
Y no es gratuito. A fin de cuentas, estamos hablando de un coupé de dos puertas que, aun rodeado de modelos tan despampanantes como el McLaren P1, el sucesor del Ferrari Enzo, el Lamborghini Veneno o el Porsche 911 GT3, consiguió brillar con luz propia en la muestra suiza, a lomos del lujo y la elegancia más iridiscentes y unas prestaciones de auténtico infarto.
De hecho, esta última creación destaca de antemano por ser el Rolls más potente de la historia, gracias a su motor de doce cilindros en V que, asociado a una transmisión automática ZF de ocho velocidades, desarrolla una potencia máxima de 624 caballos y permite acelerar de cero a 100 km/h en 4,4 segundos. Cifras que cuadran perfectamente con el poderío que explícitamente denota su carrocería de estilo ”fastback“, al trasladar el clásico lujo de Rolls-Royce a una inusitada dimensión, con la nueva caída posterior del techo.
Mientras, en el interior ningún detalle ha sido tampoco abandonado al azar, al punto que ofrece un ambiente semejante a los acabados de un yate de lujo, superando la excelencia del Phantom y el Ghost, con pinceladas como las 1 340 minilámparas de fibra óptica instaladas a mano en el techo del automóvil, para brindar a los pasajeros la sensación de una noche estrellada. O calibradas innovaciones tecnológicas como los comandos activados por voz, que se emplean, por ejemplo, para accionar el sistema de navegación, simplemente con decir en voz alta el lugar de destino.
Nada, que como ven se trata de otra joya única sobre cuatro ruedas labrada por la firma de Derby, que esta vez ha logrado aunar el boato, la tecnología, el confort y la audacia suficientes, para ofrecerla a un precio que va de la mano, cifrado en 245 000 euros. Una bagatela… para quien pueda pagarlo.