Quienes se hayan enamorado del Rolls-Royce Wraith durante el pasado Salón de Ginebra, ya pueden ir frotándose las manos porque la versión descapotable de ese coupé de altos vuelos apunta a convertirse en una realidad.
O al menos así lo anunció a la publicación británica Auto Express el chairman de la marca Torsten Muller-Otvos, con lo cual este modelo transgresor de Rolls-Royce iría aún más lejos, tras hacer gala con total rimbombancia de sus prestaciones en vez de centrarse única y exclusivamente en el lujo, al renunciar a su exótica terminación
trasera tipo fastback para apostar por su disfrute a cielo abierto, con su motor V12 de 624 CV acoplado a la excelente caja de cambios automática ZF de ocho elocidades.
De ese modo, lo más seguro sería que opte por la solución del Drophead Coupé, un techo de lona de toda la vida que se pliegue y recoja bajo la tapa del maletero en apenas unos segundos (pues otra alternativa como un techo rígido escamoteable sería tan sorprendente como improbable dado el peso añadido que supondría en un descapotable del tamaño del Wraith) para enfrentar a rivales de la talla del Bentley Continental GT Speed Convertible, presentado este mismo año.
No obstante, todavía habrá que esperar para verlo en las calles, pues todo indica que su fabricación comenzaría en un par de años, cuando el Wraith coupé se haya asentado y sus ventas estabilizando, además de la adaptación que forzosamente deberá sufrir la fábrica de la marca en Goodwood para asumir el notable incremento de la producción que supondrá este modelo, toda vez que tan solo con la llegada del Wraith, se espera que pase de las 3 000 unidades actuales a las 4 700.
Por otro lado, cabe destacar que la firma descartó la intención de producir un SUV, tal y como se rumoreaba últimamente, pero sí aludió a la posibilidad de reemplazar el Phantom, tras diez años en el mercado, con un modelo futuro que pueda montar un sistema híbrido con un modo de conducción 100% eléctrico. Otra novedad más que interesante para esta gama de lujo.