
Pues no, no es ningún cuento chino, aunque la historia reciente de Saab a veces lo parezca. Pocos días después de que el convenio entre la marca sueca y la automotriz china Hawtai saltara por los aires, adquiriendo matices de tragedia, lo cierto es que la salvación del fabricante nórdico asociado al holandés Spyker se vislumbra nuevamente en el gigante asiático.
Y es que ambos, Saab y Spyker, han alcanzado otro preacuerdo con Pang Da, el mayor distribuidor de automóviles en ese floreciente mercado, que le brindará la liquidez necesaria para retomar al fin la producción varada hace más de un mes en Trollhättan.
Así, según lo congeniado entre ambas partes, Saab recibirá una inyección de 110 millones de euros para pagar a sus proveedores gracias a Pang Da, que también pagará 65 millones a Spyker en pos de diversificar su negocio y hacerse con el 24 % del capital del constructor escandinavo.
De hecho, el pacto contempla asimismo la creación de una joint venture para fabricar y distribuir los vehículos de la marca sueca en China, mercado que el nuevo accionista conoce como la palma de su mano, pues allí posee más de 1 100 concesionarios. En tanto, existe la posibilidad de crear también una nueva enseña en conjunto con otro socio fabricante por determinar para maniobrar en ese país exclusivamente.
No obstante, como sucedió antes con Hawtai, y con todo lo que Spyker y Saab quieran hacer en el mundo de los negocios, para que la nueva alianza se concrete deberá esperar la aprobación de distintas partes involucradas con Saab, como el Gobierno Sueco, General Motors y el Banco Europeo de Inversiones. Así que habrá que aguardar entonces todavía para comprobar si la casa de Trollhättan adquiere por fin un nuevo socio de garantías o si su extenso culebrón entrega otro capítulo dramático. Veremos.