Stutz, la tecnología del Siglo XXI en 1930

Creado: Lun, 11/03/2013 - 15:01
Créditos
Jorge Esténger Wong
Stutz, la tecnología del Siglo XXI en 1930

A principios del desarrollo del automóvil muchos de los pioneros de la industria eran verdaderos perfeccionistas que buscaban la perfección en sus creaciones, aún a riesgo del fracaso económico.  Muchas fábricas no lograron sobrevivir esa época por ese afán de ofrecer elevados productos y sacrificar la producción masiva en pos de la calidad. Stutz, marca norteamericana de la primera mitad del Siglo XX, fue una de ellas. Veamos.

Stutz comenzó a fabricar coches en Indianápolis, Estados Unidos,  en 1913.  Su principal sector de producción fueron los vehículos de elevado precio y altas prestaciones y sus primeros modelos se presentaron en las míticas carreras de las 500 Millas de Indianápolis.  Su modelo más famoso sería el Bearcat, presentado en 1914.  A mediados de la década del veinte ya el atractivo de ese modelo se había desvanecido, y la continuidad de la marca Stutz comenzaba a peligrar. Para poner remedio, Charles Schwab, dueño de las Acerías Bethlehem, se hizo cargo de la agonizante compañía y contrató a Fred Moskovics, (nada que ver con el Moskvich ruso) en ese momento empleado de la empresa Marmon, para que presidiera Stutz. Fue bajo su mandato cuando se desarrolló toda una nueva gama de coches: los Vertical Eight.

Este modelo era, en todos los sentidos, más práctico y más versátil que cualquiera de sus predecesores de la marca Stutz. Incluso el nombre vino dado por una opción de motor. Se trataba de una unidad con ocho cilindros en línea, nueve apoyos de cigüeñal, dos válvulas por cilindro, doble ignición y un árbol de levas simple en cabeza. Al principio, este propulsor contaba con 4,9 litros de cubicaje, pero pronto aumentaría a 5,3 litros. Este motor estaría disponible, de una u otra forma, hasta 1936, en que se fabricó el último de los Stutz. Entre 1926 y 1935, la familia y la gama de los Vertical Eight se fueron desarrollando asociadas a varias manifestaciones automovilísticas, entre las que se destacaron el legendario deportivo Black Hawk, el cual llegó a participar con gran éxito en la carrera de las 24 Horas de Le Mans.

El M, un derivado de esta gama, fue lanzado en 1928 y ofrecía una gran variedad de estilos de carrocerías. A principios de los años treinta una versión de este modelo ofrecía un motor de 155 CV, el DV32, cuyas iniciales indicaban que el motor era de "Doble Válvula", lo cual indicaba que ya en esa fecha este fabricante incluía cuatro válvulas por cilindro, accionadas por un doble árbol de levas en cabeza. Pura tecnología del Siglo XXI en pleno 1930. Los M de Stutz fueron coches destinados a la clase alta norteamericana, todos ellos muy espaciosos y, en su mayor parte, acabados a mano. También era posible encargar versiones personalizadas a gusto de cada cliente. En 1928 se registraron 2.600 pedidos, un año más tarde la cifra se redujo a 2.320 unidades y, ya entre 1930 y 1936, la producción descendió a sólo 1.500 coches.   En 1930, inmediatamente después del crack de Wall Street, el precio de un Stutz M era de 3.295 dólares, que fue aumentando progresivamente hasta sobrepasar la cifra de 4.495 dólares.  Un Ford A, estaba disponible a partir de 435 dólares.

Aunque Stutz trabajó duramente para mejorar la gama de los Vertical Eight durante la depresión, la potencial clientela se había esfumado, por lo que, entre 1934 y 1935, sólo se entregaron un puñado de estos vehículos. La compañía se declaró en quiebra en el año 1937 y cerró definitivamente en 1938.

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Jorge Esténger Wong