
Desde una nueva tipología –e incluso concepción, si se quiere– de espacio público el puerto de la capital danesa muestra una isla de madera flotante, la primera de un espectacular proyecto que espera incorporar a las aguas de Copenhague estas maravillosas piezas de la arquitectura moderna.
La isla prototipo, de 20 m2, edificada con las técnicas de creación de los barcos, desde una perspectiva medioambiental: madera sostenible y local, se construyó a partir de un árbol de tilo, donde la madera constituye la totalidad de la superficie y una resistente base. Esta será la madre de una serie de islas, con iguales características, que reformarán visualmente el puerto de Copenhague.
Gracias a las manos de un cualificado equipo de trabajo, residente en un astillero al sur del propio puerto, y de los arquitectos Marshall Blecher (australiano) y Magnus Maarbjerg (danés) ya es un hecho la primera integrante de una serie de plataformas que conformarán un parkipiélago (nueva tipología de parques públicos).
El proyecto incluirá 9 islas que podrán agruparse y donde se desarrollarán diferentes actividades, programas y acciones. Entre los atractivos hasta el momento diseñados estará un café, un escenario, un museo de mejillones, una sauna y trampolines. Se trata de fundar un conjunto de espacios itinerantes pensados para el público danés y el visitante.
Cada vez más sorprende la creatividad y los impulsos por hallar nuevas formas y lógicas de reconceptualizar estándares sociales. En esta ocasión, desde Dinamarca nace la propuesta de llevar la función de los espacios públicos de un entorno habitual hacia el mar, y –obviamente– es por eso que hoy el puerto de la capital danesa –y su isla flotante de madera– constituye el puerto más peculiar del mundo.