El coloso germano Volkswagen podría detener el desarrollo de nuevos propulsores de gasolina y diésel debido al endurecimiento de la normativa europea contra las emisiones.
La apuesta de Volkswagen por la electrificación es tan radical que la marca alemana podría renunciar a desarrollar nuevos motores de combustión para centrar la mayor parte de sus esfuerzos en los propulsores eléctricos.
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Al menos así lo dejó entrever el CEO de la compañía, Ralf Brandstätter, en declaraciones al medio alemán Automobilwoche, donde aseguró que el consorcio de Wolfsburgono seguirá produciendo mecánicas de combustión interna.
En ese sentido, el propio Brandstätter apuntó que Volkswagen prevé un fuerte impulso de la movilidad eléctrica, con 450000 vehículos eléctricos entregados en 2021, más del doble que la cifra del año pasado.
Aunque, precisó, ello no quiere decir que la firma dejará de mejorar los propulsores convencionales que posee actualmente, toda vez que planea seguir ofreciendo modelos de las gamas Golf, Passat, Tiguan o T-Roc con mecánicas de combustión.
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Eso sí, para ello espera pulir el rendimiento de esos motores en pos de adaptarlos para la llegada de la normativa de emisiones Euro 7, que endurecerá sobremanera los límites para los nuevos vehículos a 30 y 10 microgramos por kilómetro frente a los 60 y 80 mg/km estipulados actualmente para los coches de gasolina y diésel, en cada caso.
No por gusto, como aseguró Hildegard Müller, directora de la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA), con la introducción del estándar EU 7 planificado, la Unión europea “prohibirá de facto los automóviles con motores de combustión interna a partir de 2025”.