Envuelta en problemas de calidad y demoras en aprobarse los Certificados de Aeronavegabilidad de nuevos equipos, se agrega la actual situación de la Airliner y los dos astronautas varados en la Estación Orbital Internacional.
Siendo la Boeing una de las dos partes del Oligopolio compartido con Airbus, resulta evidente su importancia en la aviación comercial mundial, pues mantiene algo más de 10,000 equipos en operaciones; algo menos que los más de 12,000 de su rival Airbus. En esa competencia, ambos han lanzado al Mercado equipos excluyentes entre sí, tratando de ocupar mayoritariamente los nichos del mercado.
En los últimos años, la norteamericana ha enfrentado problemas con sus B-737 MAX; B-787 Dreamliner y el B-777 X en su última versión. Las órdenes de mantenerlos en tierra por parte de las Organizaciones correspondientes, han sido respaldadas por hechos de gravedad. Han existido accidentes con numerosos fallecidos y averías de gran envergadura que han paralizado unidades y/o pospuesto las entregas a Clientes de peso. Sin embargo, recientemente ha ocurrido un hecho que cuestiona aún más a la Compañía: el incidente de la cápsula espacial Starliner.
El CST-100 Starliner (Crew Space Transportation) es una nave espacial reutilizable diseñada por Boeing en colaboración con Bigelow Aerospace para un programa Espacial de la NASA. Su misión principal sería la de transportar tripulación a la Estación Espacial Internacional (ISS) y a Estaciones espaciales privadas. La cápsula tiene un diámetro de 4,56 metros y es capaz de transportar hasta siete personas, permanecer en órbita hasta siete meses y ser reutilizada hasta en diez misiones. Será compatible con múltiples vehículos de lanzamiento.
En la primera fase del programa, la NASA le otorgó a Boeing 18 millones de dólares para el desarrollo preliminar de la nave. En la segunda fase, se le adjudicó 93 millones de dólares para el desarrollo adicional. El 3 de agosto de 2012, la NASA anunció la adjudicación de 460 millones de dólares a Boeing para continuar el trabajo en el CST-100 bajo el programa CCiCap (Commercial Crew Integrated Capability). El 16 de Septiembre de 2014, la NASA seleccionó el CST-100, junto con el Dragon 2 de SpaceX, para el programa mencionado, adjudicándole 4,200 millones de dólares adicionales.
El 21 de noviembre de 2019, la primera nave Starliner arribó a la plataforma de lanzamiento 41 en Cabo Cañaveral, para ser instalada en un cohete Atlas V N22 y realizar su vuelo de prueba inaugural sin tripulación a la Estación Espacial Internacional, misión denominada OFT(Orbital Flight Test). Su lanzamiento se realizó el 20 de diciembre de 2019 a las 11:36 UTC y arribaría a la Estación tras un viaje de 26 horas. La nave llevaba un maniquí de pruebas y alrededor de 270 kg de carga, consistente en alimentos, ropa y equipos para el monitoreo de radiación.
Starliner debía permanecer acoplada a la ISS hasta el 28 de diciembre de 2019, pero una falla del reloj de eventos a bordo frustró la operación.
El primer vuelo tripulado estaba previsto inicialmente para 2017 y se pospuso varias veces. Finalmente, el lanzamiento se realizó con los astronautas Barry Wilmore y Sunita Williams el 5 de junio de 2024. El 6 de Junio, la nave se acopló a la ISS. La llegada estaba prevista inicialmente para las 18:15 h. pero esta maniobra de acoplamiento tuvo que aplazarse. El motivo fue problemas con los motores, algunos de los cuales dejaron de funcionar en esa ocasión. Ello motivó que el regreso de la nave con sus tripulantes se cancelaba hasta resolverse los problemas mencionados. De esa forma, los astronautas permanecen hasta hoy en la ISS, en espera del equipo que los devuelva a la tierra con la seguridad requerida.
Se decidió que la Starliner regresara sin los Astronautas, acción que se llevó a cabo el viernes 6 de septiembre a las 6 pm. ET, al desacoplarse de la ISS. Su aterrizaje se efectuó el sábado 7 en Sand Space Harbor, Nuevo México, a las 12.05 ET, procediéndose a su revisión y futuras medidas con el equipo y probablemente con el Sistema en sí.
Los Astronautas deberán esperar su regreso hasta febrero 2025, cuando se supone que una nave Dragon 9 de Space X los retorne con seguridad a la tierra. Este hecho, por su trascendencia, supone una marca negativa más para Boeing. Tal vez, no la última.