La genuina sonrisa de Esteban Chaves al cruzar la meta del Etna lo decía todo: felicidad por su segundo triunfo en el Giro, agradecimiento a Simon Yates por cederle la victoria… y alivio por dejar atrás un 2017 en blanco, impropio de su nivel, en el que además perdió a un ser querido, Diana Casas, su fisio. Colombiano y británico, compañeros en el Mitchelton, entraron primero y segundo. El primero se llevó los besos por la etapa y el segundo, por la maglia rosa. Froome, Dumoulin, Pinot, Pozzovivo, Aru, Bennett, López y Richard Carapaz, escalador ecuatoriano del Movistar, llegaron a 26 segundos. Pello Bilbao sufrió para conservar su plaza en el top-ten: va séptimo, a 1:03.
Chaves se impuso procedente de la escapada. Yates soltó un latigazo al que ninguno de los favoritos pudo responder. Una numerosa fuga de 28 corredores provocó que BMC y Astana se exprimieran al frente del pelotón. Unos para defender el liderato de Dennis, a la postre en balde. Otros, para que su fuerte ritmo lo aprovechara Supermán López para rematar, también sin recompensa. En el corte se metieron ciclistas importantes, que abrieron diferencias con facilidad: Gesink, Polanc, Ulissi, De la Cruz, Henao, Ciccone, Hermans o De Marchi.
Así que Chaves se marchó en solitario a falta de cinco kilómetros, mientras Supermán, Pinot, Pozzovivo y Dumoulin apretaban por detrás sin éxito. La ascensión al volcán siciliano, larga y sostenida, aclaró bastante el panorama en la lucha por la general. Entre los diez primeros ya existe un hueco de 1:12. Y Chris Froome se encuentra en una situación de carrera totalmente desconocida para él: tras una contrarreloj y un final en alto está a 1:10 de Simon Yates y a 54 segundos de Tom Dumoulin.
O bien por el positivo a cuestas o bien por retrasar la preparación, a Froome se le nota corto de forma y poco centrado. Peores síntomas transmitió el Sky. Pese a filtrar en la escapada a De la Cruz y a Henao, sólo le echó una mano a su líder Elissonde. A Poels ni se le vio en cabeza. Así que con una crono de 34,5 kilómetros por delante, Dumoulin, a 16 segundos del rosa, emerge como el rival a batir. A Simon Yates, positivo por terbutalina (cuatro meses de sanción), sexto en la Vuelta de 2016 y séptimo en el Tour de 2017, todavía le queda por demostrar en rondas de tres semanas. Aunque, de momento, es el más fuerte de este Giro 101.