La genuina sonrisa de Esteban Chaves al cruzar la meta del Etna lo decía todo: felicidad por su segundo triunfo en el Giro, agradecimiento a Simon Yates por cederle la victoria… y alivio por dejar atrás un 2017 en blanco, impropio de su nivel, en el que además perdió a un ser querido, Diana Casas, su fisio. Colombiano y británico, compañeros en el Mitchelton, entraron primero y segundo. El primero se llevó los besos por la etapa y el segundo, por la maglia rosa.