En el archipiélago de las Carolinas, debajo de las costas de las islas Chuuk, donde Japón tenía una importante base militar, donde más de 40 000 soldados estaban activos, corría la Segunda Guerra Mundial, los americanos hundieron, un 17 de febrero de 1944, 60 buques japoneses.
Te sumerges un poco y te trasladas a aquella época, ves los baños de los buques, los cráneos de los difuntos, la porcelana, hay muchas vajillas allí, prácticamente un museo.
Pero todo no culmina ahí, las fuerzas estadounidenses derribaron también casi 300 aviones de guerra japoneses, más los aviones que los propios yanquis perdieron allí.
Con todo esto concluimos que durante muchos años nadie se acercó a este sitio por miedo a las bombas activas, pero ya en la actualidad los amantes del buceo se acercan a este cementerio submarino que además es un paraíso para la fauna marina.
Miles de proyectiles, tanques buldozers, material bélico diverso y hasta un astrolabio.
También hay un auto sumergido allí, ¿será un taxi para que los difuntos? Paseen por allí.
Créditos
Ana París