Estas tres historias de Malhechores frustrados tuvieron finales poco comunes para los trúhanes o para sus víctimas. Ladrón de autos, asaltante de banco y polizona aeronáutica.
El estadounidense Draper Younce, propietario de un Tesla model 3, logró escapar de un intento de asalto a mano armada en Jacksonville, ciudad en el estado norteamericano de Florida, gracias al diseño de su automóvil, el cual no le permitió al ladrón abrir alguna de las puertas con la finalidad de hacerse con el control del vehículo.
En este tipo de auto, las manillas de las puertas están a ras de la carrocería y cuando el delincuente, apurado y nervioso, se acercó para abrir la puerta no lo consiguió. Younce estaba estacionado en un parqueo esperando a su acompañante y pudo ver perfectamente como un joven, pistola en mano y apuntándole, se acercaba al automóvil.
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El Tesla model 3 tiene, además, cámaras a bordo, las cuales registraron el intento de asalto. Este auto, eléctrico, está programado para que, si no desea apagarlo durante una corta espera, se mantenga en el modo pausa, lo cual le permite arrancar y salir con solo pisar el acelerador. Y eso fue lo que hizo Draper Younce para escapar.
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Entonces el delincuente, indignado e impotente ante la rápida evasiva del automóvil, la emprendió a tiros contra el Tesla que, raudo y veloz, salió del parqueo. No obstante, uno de los disparos del ladrón consiguió alcanzar el auto, no así al conductor, quien está ileso. El Tesla presenta un agujero de bala entre las puertas delantera y trasera.
Calmado del susto y a salvo, Younce escribió en Twitter: "Muy agradecido de estar vivo. Gracias, Elon Musk, tu coche ha contribuido enormemente a salvar mi vida [...] ahora tengo un agujero de bala en el auto, necesito uno a prueba de balas ¿puedo cambiarlo?". Rápidamente la nota se volvió viral en las redes sociales.
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Y por supuesto, la historia llegó a Tesla. Así, el magnate industrial y dueño de Tesla, Elon Musk, decidió cubrir todos los gastos de reparación del auto de Draper Younce por el asalto. Al propio tiempo, la víctima (Younce) hizo una campaña para impulsar programas que impidan a jóvenes convertirse en delincuentes.
La segunda historia de malhechores frustrados es de otro estadounidense, de unos 50 años, Eric Dion Warren, quien robó un banco para comprar un BMW. Esta “operación” le resultó mal a Warren, pues hoy está cumpliendo una condena de 20 años de prisión. Pero si analizamos el caso, nunca podría haber salido bien con tantos dislates.
Eric Dion Warren estaba enamorado de un poderosos BMW negro (EN PORTADA), el cual estaba en la venta en un concesionario local de la ciudad de Wolfforth, en Texas. Decido a comprarlo, rentó un auto y se fue al AIM Bank. Frente a la cajera, le pasó una bolsa de papel de comida rápida con el siguiente texto: “esto es un puto atraco. Si juegas conmigo mueres. Quiero 10 mil dólares, tienes un minuto o te mataré”, al tiempo que le mostraba una pistola con la que estaba armado.
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Y así, tranquilo e inadvertidamente salió del banco con su cartucho lleno de dinero, se montó en su auto y se fue. Compró su BMW, pero no pudo disfrutarlo. Al sentirse segura, la cajera dio la alarma y luego identificó al ladrón en la cinta de video de las cámaras exteriores del banco, donde se ve a Warren feliz abordando su auto.
La policía supo, por la matrícula del auto, que pertenecía a una rentadora local e inmediatamente conoció quien lo había alquilado. El resto es fácil de suponer.
La tercera y última historia de los malhechores frustrados es la de una anciana de 69 años, cuyo disfrute mayor es viajar en avión, pero sin pagar el pasaje. Marilyn Hartman voló durante 19 años sin boleto en las más disimiles aerolíneas. Su trayectoria aeronáutica, que suma más de 30 bellos itinerarios y destinos, comenzó en 2002 y (tal parece) acabó este año.
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Según cuenta la propia Marilyn, “mi primer vuelo (sin pasaje) fue a la bella ciudad de Copenhague”, en Dinamarca. “La segunda vez, me fui a París”. Y así Marilyn Hartman viajó en avión por el mundo. Pero, en 2014 no tuvo la misma suerte de siempre, fue arrestada en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles tras volar sin boleto desde San José, Costa Rica.
Sin embargo, ¿qué hacer con esta simpática viejecita cuyo único delito fue volar sin boleto? La prensa la llamó “polizona en serie”. Entonces Marilyn continuó su “carrera aérea”. Y fue arrestada nuevamente en Florida tras volar (sin boleto) desde Minnesota. En 2018 voló desde Chicago a Londres sin boleto ni pasaporte, para terminar deportada del Reino Unido.
La conocida “polizona en serie” fue arrestada el pasado 16 de marzo en el Aeropuerto Internacional O´Hare de Chicago, sin que siquiera abordara un avión: tiene un brazalete electrónico que alerta a las autoridades cuando solo se acerca a una terminal aérea. ¿Es que acaso Marilyn no se merece un eterno “pase a bordo” para ser feliz? ¡Caramba!
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