Vuelo 739: Cuando desaparece un avión y se extingue la esperanza, irrumpe la certeza de la tragedia y toma protagonismo la necesidad imperiosa de conocer qué pudo provocar tamaño desastre.
Era el vuelo 739 de la Flying Tiger Line. Partió hacia Vietnam desde California, EE. UU., el 14 de marzo de 1962 con cuatro escalas en su ruta. Ya sabemos que el operador del Centro de Vuelos de Guam intentó comunicarse con el 739, que se dirigía hacia su última parada intermedia, Filipinas, a las 3:38 p.m. GTM (hora de Greenwich)* para el reporte de las 3:30 p.m., sin recibir respuesta.
Primero se declaró la fase de Incertidumbre, luego la de Alerta y finalmente la de Socorro.
Después de los muchos fallidos intentos por establecer contacto con el avión, este fue declarado desaparecido, mientras volaba sobre el Océano Pacífico.
UNA EXPLOSIÓN
A las 9:05 p.m. aún se desconocía lo acontecido con el avión, a pesar de las labores de salvamento desplegadas desde Guam y Filipinas cuando se impuso la fase de Socorro; fue entonces que Radio Makai, en Manila, recibió una llamada desde el S/S T.L Lenzen, un superpetrolero propiedad de la Standard Oil: los vigías de cubierta habían divisado una explosión en el aire alrededor de las 3:30 p.m.
Los testigos declararon que, al estar la noche despejada e iluminada por la luna, se pudo observar con claridad una estela de humo, hacia el norte y por encima del navío, moviéndose este-oeste. Momentáneamente fue cubierta por una nube y de inmediato ocurrió una detonación.
El estallido fue descrito como intensamente luminoso, un núcleo blanco rodeado de un halo rojizo-naranja con líneas radiales de la misma tonalidad, que se expandió dos veces por varios segundos.
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Los marinos creyeron distinguir dos objetos, de tamaño desigual, que caían a velocidades diferentesen el mar; mientras, en el radar del barco apareció un pequeño punto brillante con un rumbo de 270 grados y a 17 millas de distancia.
El capitán del buque cisterna llegó a tiempo a cubierta para observar la caída del objeto más lento, y tomando como referencia una estrella, ordenó el cambio del curso del navío alineándolo conesta; el rumbo indicado resultó ser de unos 270 grados, lo cual coincidía con el que indicaba el punto blanco en el radar.
Desafortunadamente, al llegar a la zona estimada, sin saber qué buscar y a pesar de ello, revisar por varias horas toda el área, no hallaron restos de ningún tipo. Entonces, decidieron informar del incidente.
La exploración posterior realizada por todos los equipos movilizados de búsqueda y rescate, se califica como una de las más extensas que se haya realizado. Se pudo comprobar que la ubicación reportada por el petrolero correspondía con la posición en la que el avióndebió encontrarse en ese momento de su trayecto.
Pero no apareció rastro alguno ni de la aeronave ni de sus desafortunados ocupantes. Ningunaparte de la nave, ningún cuerpo, ningún superviviente.
¿QUÉ SUCEDIÓ?
Los encargados de la investigación del siniestro no podían explicar lo ocurrido.
La aeronave estaba debidamente certificada, se encontraba en perfectas condiciones de navegación, y aunque unas semanas atrás uno de sus motores reveló una notable disminución de potencia, el asunto fue resuelto después del mantenimiento adecuado. Nada indicaba la existencia de un problema mecánico que hubiese puesto en riesgo el vuelo.
Entonces, asomó otra línea de razonamiento: sabotaje.
Las indagaciones determinaron que, en Honolulu, Wake y Guam, la seguridad no era suficiente y cualquiera podía entrar y acceder a los aviones no militares estacionados en los aeródromos.
En el caso específico de Guam, la última escala que había realizado el 739, el avión estuvo sin vigilancia por cierto tiempo en una zona mal iluminada.
Según lo relatado por la tripulación del petrolero, la explosión ocurrió para el momento en que la aeronavedebió reportar por radio su posición y para algunos, esta coincidencia refuerza la idea del sabotaje.
Por demás, otro Lockheed Super Constellation, también operado por la Flying Tiger Line, y que partió igualmente desdeTravis con un cargamento militar secreto, el mismo día que lo hizo el 739, se estrelló cerca de la pista de destino. El piloto encontró problemas en la aproximación por instrumentos, el tren de aterrizaje principal se rompió y la aeronave se incendió, lo que provocó heridas leves en seis tripulantes y la muerte de otro.
Flying Tiger Line declaró que, si bien no descartaban la posibilidad de sabotaje de uno o de ambos aviones, o inclusive la de un supuesto secuestro del vuelo 739, no existían pruebas que respaldaran esa presunción.
El vicepresidente ejecutivo de la línea declaró a los medios de comunicación de que hubiese sido imposible una explosión durante el vuelo 739 en condiciones normales de operación a menos de haber acaecido algo violento a bordo.
Y si bien la Junta de Aeronáutica Civi lllegó al consenso de que los tripulantes del buque cisterna fueron testigos de la explosión del avión, al no recuperarse partes de la nave, fue imposible determinar si existió algún fallo mecánico, estructural o si, como muchos estaban convencidos, fue un sabotaje la causa del siniestro.
De tal suerte, el informe del accidente concluyó que “aunque la suma de todos los factores indica que el avión fue destruido en el aire, debido a la falta de pruebas de apoyo, la Junta no puede afirmar con ningún grado de certeza cuál fue el final exacto del 6921C”.
Eso sí, lo que haya pasado en aquél tristemente célebre vuelo, pasó tan rápidamente que la tripulación no tuvo oportunidad de alertar sobre la emergencia. Nadie reclamó la autoría de un sabotaje y como hasta el día de hoy, no ha aparecido indicio cualquiera que sustente viejas teorías o aporte nuevas, la desaparición del vuelo 739, el 16 de marzo de 1962, continúa siendo un misterio.
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Notas
*Todas las horas corresponden a la hora de Greenwich, GTM, a menos que se indique lo contrario.
